Aquí estoy otra vez con un nuevo dibujo que tiene una historia, ultimamente estoy totalmente centrado en mis exámenes y es difícil concentrarme en el blog, pero lo intento. Hoy quiero dejaros una historia que me sucedió hace varios años y que plasme en un dibujo que nunca he llegado a comprender el cómo me llego la imagen a mi mente.
Estaba yo en segundo o tercero de mi anterior carrera y tenía una costumbre de perderme por las noches entre semana a deambular por el casco histórico de Cáceres. Si tenéis oportunidad de visitar la ciudad es simplemente maravillosa. Mi piso se encontraba a escasos metros del comienzo de una gran calle empinada que llegaba hasta una de las plazas medievales que podemos encontrar. Como la mayoría de las veces que me adentraba en los palacios y casas medievales, llevaba conmigo mi blog de dibujo y mi estuche en el cual tenía todos mis lápices, gomas...
Una de esas noches de paseo, fuí a dar una vuelta y sentarme en una de las plazas y simplemente pensar en mis cosas, estar en armonía conmigo mismo. De repente apareció una chica con rasgos asiáticos que llevaba una cámara de fotos y estaba haciendo una serie de fotos a los edificios. Al verme con mi blog se acerco y me dijo en un castellano muy poco fluído: "están muy bien, me gusta tu folma de dibuja". Nos sentamos y me enseño sus fotos y yo le mostre mis dibujos. También me preguntó que hacía allí a esas horas. Ella me contó su historia, era de Estados Unidos con padres japoneses y aficionada a la fotografía.
Me acuerdo que me dijó hazme un dibujo para mí, e hice la cara de una chica con rasgos muy marcados asiáticos y con el pelo al viento. Es una experiencia más de mi vida y cómo las palabras a veces sobran para poder comunicarnos. Es más fácil una mirada, una sonrisa o incluso un simple gesto con las manos para saber lo que te quieren decir.
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